Soberanía y descentralización
Si algo nos ha recordado el cataclismo que está ocurriendo en Twitter es que no podemos confiar en ninguna estructura centralizada. La WWW se creó con la idea de que los usuarios de una red pudieran compartir contenidos de forma sencilla a través de una red de ordenadores. Sin elementos centrales. Todos compartiendo documentos HTML en sus máquinas y conectándose a las máquinas de los demás para ver los documentos que compartían. Con el correo electrónico pasó algo parecido. Un protocolo descentralizado y pensado para que cualquiera pudiera entregar correo en el buzón de cualquier sin elementos centrales.
Por diferentes razones, tras la explosión de usuarios que sufrió Internet a principios del siglo XXI, estos servicios pensados para ser descentralizados fueron concentrandose en pocos proveedores. El principal factor, en mi opinión, era el desinterés que el usuario medio de Internet tenía en aquella época en mantener y administrar estos servicios en su propia casa. Era preferible delegar esta administración a un proveedor del servicio y seguir usándolo. Tanto o más cuando esta delegación podía no costarte nada de dinero.
Poco a poco hemos ido entendiendo Internet como un gran elemento central controlado por un oligopolio de actores: Amazon, Google, Facebook, ... en el que publicamos y desde el que consumimos contenido. Y mientras asumiamos este nuevo orden con la resignación con la que uno mira a la tormenta, algunos mirábamos con nostalgia a otros tiempos pasados.
Ahora contemplo el llamado fediverso. Un grupo de comunidades utilizando protocolos comunes de comunicación como ActivyPub y no puedo evitar ilusionarme pensando en que quizás, esa centralización extrema hacia la que estábamos avocados puede que se ralentice. Viendo lo sencillo, siempre dicho con cautela de quien algo sabe de ordenadores, que es montar una instancia propia de Mastodon y lanzarte como entidad virtual de pleno derecho a ese fediverso distribuido, me surgen algunas dudas de como evolucionará todo esto a medio plazo. Porque lo único que tengo claro es que evolucionará.
Con la entrada de nuevos actores a este universo federado veo muy posible que se formen círculos de influencia en torno a instancias "fuertes". Estas instancias serán las que puedan atraer a personajes influyentes en redes sociales. Es posible que otros quieran compartir instancia con estas super-estrellas y por eso rueguen por una cuenta en dichas instancias. Digo rogar porque quizás veamos en poco tiempo instancias a las que solo se puede entrar por invitación. Pero ¿qué más da compartir o no instancia con otros? Mastodon y el fediverso en general asegura una conectividad entre instancias.
Esto es quizás otra de las cosas que veo cambiar a corto plazo. ¿Se mantendrá este flujo continuo entre instancias o se tenderá a crear círculos de influencia entre instancias de primera y de segunda? Algo parecido a esto ya está ocurriendo con la red de correo electrónico. En esta red es muy complicado que instancias o servidores autogestionados se pongan en contacto con servidores de primer nivel, simplemente porque estos segundos les ignoran por completo enviando los correos que provienen de los primeros a sus buzones de spam.
Por otro lado, la caída en desgracia de la red del pajarito ha elevado otra cuestión que hacía tiempo había desaparecido de las conversaciones digitales: la soberanía digital. Los contenidos han sido desde hace años la materia prima con la que comercia la red social. Se han dado casos estos días de creadores totalmente indignados por las decisiones que la nueva dirección estaba tomando. Pero, si tu línea de negocio son tus contenidos y a estos los dejas en manos de un solo distribuidor ¿no estás arriesgando demasiado?.
Poseer tu propia plataforma de contenidos no es tan sencillo como delegarlos a una red social para que los distribuya por ti. Te costará mucho más generar impacto, eso está claro, pero por otro lado. Tu serás el distribuidor de esos contenidos que por otra parte son tu negocio.
La caída en desgracia del pajarito va a suponer cambios a corto plazo en la forma en que nos relacionamos muchos con los grandes proveedores de contenidos. Está por ver si es algo pasajero o marca una tendencia a futuro.
Noviembre 2022