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Dicen que leer está de moda

He olvidado este rincón de internet demasiado tiempo. El verano ha pasado rápido y apenas he tenido tiempo para hilar cuatro pensamientos que llevar escritos aquí con algo de gracia. El curso empezó y el tiempo no solo detuvo su marcha, sino que me cayó encima como una losa de granito. Así que tenía tiempo pero lo que no tenía eran ganas de escribir. Ahora, con el otoño ya bien enfilado (cambio de hora incluido) estoy consiguiendo algo de claridad como para ponerme a escribir de nuevo.

Para retomar viejos hábitos quiero comentar un artículo que leí a finales de agosto sobre la moda del performative reading o lo que viene siendo el postureo lector de toda la vida. El artículo comenta esta tendencia social que se puede palpar incluso estando al margen de las redes sociales sobre como la lectura se está usando como un potenciador de la imagen personal, «un hábito que aporta valor añadido a nuestra marca personal» que diría un buen gurú. Polémicas como la generada por la opinóloga de la vida María Pombo dan buena cuenta de ello. No pude evitar sonreír cuando leí el tema por primera vez pero tras toparme con la enésima opinión sobre el asunto lo único que tengo claro es que no sabría decirte ahora mismo si la chica tiene razón o está equivocada.

Siempre he entendido la lectura como un entretenimiento. Y realmente consumo libros para entretenerme. Prefiero sentarme a leer un libro una hora que ponerme a ver un capítulo de una serie o por supuesto una película. Realmente no es un tema de tiempo, como mucha gente me ha comentado. Soy incapaz de aguantar una película de mas de hora y media completa pero no tengo problema en sentarme a ver un partido de fútbol o una carrera ciclista de más de cuatro horas. Es un problema de formato. El formato cinematográfico, ya sea como largometraje o de forma serial no termina de engancharme. Los libros, sin embargo siempre han tenido un algo que me ha fascinado. Quizás es la simplicidad de abrir uno. Con un simple gesto ya estás metido en la historia en el punto en el que lo dejaste y con otro simple gesto sales y continúas con tu vida.

El artículo anterior me recordó a cuando empecé a leer por puro entretenimiento. Descubrí los libros desde el punto de vista del disfrute entorno a los 16 años. En aquel momento, en mitad de los años 90, ser aficionado a la lectura no era algo que potenciara mi marca personal como adolescente. Mas bien lo contrario. Como bien dijo una vez un buen amigo mio «leer es de gordos, es así» a lo que todos asintieron entre risas, yo incluido claro. Aprendí a sobrellevarlo como un vicio oculto sin mayor problema. En un mundo sin internet mi único contacto el mundo literario era una rancia profesora de literatura y la biblioteca municipal de mi ciudad. Evidentemente fue este segundo recurso quien me abrió las puertas de esa primera cadena de lecturas. Sin nadie con quien poder comentar mis gustos o de quien poder recibir recomendaciones, las pequeñas opiniones de un simple bibliotecario sobre un título o un autor eran para mi como encontrar una pepita de oro en el barro. Recuerdo aquellos primeros años, recorriendo una y otra vez aquellos pasillos de la biblioteca, juzgando los libros por sus cubiertas y sus sinopsis, descubriendo autores y creando un canon personal caótico y deslavazado. En todos estos años mis gustos han ido cambiando y mi criterio ha ido fortaleciéndose. Por fortuna para los nuevos lectores, ahora todos contamos con cientos de recursos para asesorarte sobre lecturas, compartir opiniones y reseñas, comentar tus gustos o simplemente compartir tus impresiones sobre una u otro libro. Miro a estos tiempos con cierta envidia pero por otra parte recuerdo aquellos primeros años perdido en todo aquel océano de letras y no puedo evitar sentir algo de nostalgia por aquel chaval despistado que iba tomando y dejando uno tras otros los libros en los estantes.

No sabría decir si leer te hace mejor persona o no. No sabría tampoco decir si toda esa cantidad de gente que se fotografía y se graba junto con la última pila de libros que ha comprado en Fnac se los leerá todos o simplemente los usará como decoración. Lo único que tengo claro es que a mi me encanta leer y que sin los libros yo sería una persona mucho más triste y vacía. En parte soy los libros que he leído, los buenos y los malos. Si pudiera volver atrás en el tiempo, leería mas libros.


Octubre 2025